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25 de juny, 2022 
RECORREGUT: Sant Celoni, La Batlloria, Breda, Coll de n’Orri (RG), Arbúcies (RG), Sant Hilari Sacalm, Fontbella (RG), Matamala, Cima del Coll de Revell (RG), direcció Espinelves desviament a l’esquerra cap a Viladrau (RG), desviament a l’esquerra (RG), Sant Marçal (RG), Santa Fe del Montseny, Campins (almuerzo rápido), Sant Celoni, Vallgorguina, Collsacreu, Arenys de Munt (alternativa costa y/o tren), Pollastre, Mataró, Vilassar de Mar, El Masnou, Montgat, Badalona i Barcelona.
Crónica de Tolo:
Ultima de salidas semi-especiales programadas antes de la QH.
A las 6:46, salía el tren hacia Sant Celoni. Allí subimos al tren cuatro (René, Victor, Carles y un servidor), en la parada del Clot subieron tres más (Paco, Sergi y Xavi, este último como invitado en la salida de hoy). Un viaje bastante rápido, ya que el tren no paraba en todas las estaciones, así que antes de las 7:30 ya habíamos desembarcado en Sant Celoni.
Allí nos esperaban Sebas y Jorge B., que se habían desplazado por sus propios medios. Así hicimos un total de nueve “esforzados de la ruta”.
Desde Sant Celoni tomamos dirección Breda por la GI-522 para comenzar a subir el Coll de n’Orri , una subida corta que tampoco nos dio ningún disgusto, a pesar de estar todavía fríos. Después, ya en Arbúcies, comenzamos la subida a Sant Hilari Sacalm. Una subida que no es dura y se puede subir a un buen ritmo, aunque al ser larga se puede atragantar.
En Sant Hilari, no faltó la visita a la fuente original de Fontvella, y aprovechamos para rellenar bidones. La carretera, sigue subiendo hasta Matamala/Cortals y luego una suave bajada para llegar a la rotonda donde se corona cuando se sube el Coll de Ravell. Desde ahí, seguimos bajando dirección Espinelves, y sin llegar a Espinelves, desviarnos de nuevo hacia Viladrau. Al coronar el Coll de Gomara giramos a la izquierda para tomar la GI-5201 hacia la ermita de Sant Marçal, subiendo el Coll de Bordoriol, el Coll de Sant Marçal donde hicimos la foto del grupo y, finalmente, coronar Santa Fé del Montseny.
Aquí fue donde realmente disfrutamos de unas buenas vistas del Montseny. También porque estábamos en la máxima elevación de la jornada. Una vez coronado Santa Fé, bajada rápida y larga hacia Campins, por una carretera sinuosa y sombría dentro del bosque. Ruta nada recomendable en invierno.
En Campins almorzamos y tras este pequeño parón, de nuevo hacia Sant Celoni para cerrar el círculo de este recorrido por el Montseny. Todavía nos quedaban 50 kilómetros de vuelta.
Aquí ya René prefirió volver por la carretera de La Roca, en ese tramo se juntó con el grupo de Llebrers que andaban por allí.
Los demás tomamos dirección litoral para pasar por Vallgorguina, después subimos el tramo final de Collsacreu, para bajar hacia Arenys de Munt.
Aquí fue Jorge el que nos abandonó para recoger el coche que lo tenía en Arenys, pero de mar. Llevaba toda la salida pensando en el baño que se iba a pegar.(alternativa costa y/o tren). Desde Arenys, subida al Coll del Pollastre, la última ascensión del día en la que ya las fuerzas estaban justas y bajada hacia el puerto de Mataró.
Aquí también Sebas tomo dirección a Sant Celoni donde había dejado el coche. Se ha metido una buena paliza también.
Desde aquí por la NII hacia Barcelona, todos agrupados y a buen ritmo.
Una salida de más de 150km y con 2300m de desnivel.
¿Qué anécdotas recordaremos de la estupenda salida de Sant Hilari?
Que René, vaya donde vaya, quiere volver por Granollers.
Que Sergi sigue llevando manguitos en cualquier momento del año (aunque se los quite para la foto).
Que Tolo escucha impasible los intentos de René por minarle la moral en su lucha por el campeonato.
Que Paco sufrió un sabotaje durante el almuerzo de Campins, porque luego la transmisión de su bici empezó a fallarle. Todavía no se sabe quién ha sido.
Que yo sigo cansado 24 horas después de la paliza.
Que Xavi (invitado del dia) acabó siendo maldecido porque parecía que iba ganando fuerzas en vez de perderlas.
Que Víctor es del Madrid (mira que me caía bien, eh…).
Que Carlos se marcó una bajada espectacular para reservar mesa en Campins. Y luego, cuando le dijeron que era demasiado tarde, utilizó su “caída de ojos” para conseguir que le acabaran diciendo que sí.
Que Jorge Bonell no puede permitirse ninguna travesura de ningún tipo porque, cuando menos lo espera, aparece su hermano en el lugar más insospechado.
Eran fuerzas sacadas de la flaqueza, bueno y de la tortilla…