El A en la Quebrantahuesos: Albert

Como cada año, algunos gruperos están presentes en la QH y, alguna representación del grup A. Éste año, fue el Albert y aquí está su crónica:

Crónica de la Quebrantahuesos 2012

Participante: Albert Rubio Marín

Club : A.C. MONTJUÏC (grup A)

Fecha: 23 de Junio del 2012

Perfil de la Marcha:

 

Sin el apoyo, la comprensión y el cariño de mi familia no habría conseguido este reto que me propuse hace aproximadamente un año.

Dentro de mi familia también incluyo a mis amigos del Grup A. Os doy las gracias porqué me habéis enseñado a salir ir en bicicleta y porqué en cada pedalada notaba que todos me empujabais. Y os aseguro que sin vosotros esto que he vivido no habría sido posible.

Intentaré ser breve pero imagino que acabaré haciendo 200 hojas, una por cada kilómetro recorrido, sin incluir la introducción ni el prólogo. Ah!…y el índice.

Acabé la Quebrantahuesos muy emocionado. En los últimos 500 metros visualicé en mi mente al yayo Vicenç y vi un cortometraje de todo lo que he pasado estos dos últimos años.

Llegamos a Formigal el viernes con mi hermano Titi, donde teníamos reservado el hotel. En un ataque paternalista mi hermano me acompañó con su coche, decía que no iba a permitir que me fuera solo y tan lejos por el miedo a que me pasara algo. Al final acabó haciendo de chofer, de manager, de reportero gráfico  y de animador apasionado de los ciclistas (dice que llegó reventado a casa, aunque creo que debería de hacer algo de bicicleta para mantenerse en forma y quien sabe si a lo mejor un día él hace la Quebrantahuesos).

Después de un intento fallido para cenar en un restaurante, acabamos cenando en un asador que preparaba menú de 12 €, cenamos muy bien y recargué los hidratos correspondientes.Fuimos a recoger el dorsal a Sabiñanigo y a partir de aquí ya empieza la Quebrantahuesos. El ambiente, el colapso, la cantidad de gente, la feria de la bicicleta, buf….estrés y nervios. Lo recogimos todo, dimos una vuelta rápida, nos tomamos algo en una terraza, compramos plátanos y volvimos al hotel.

En las últimas salidas sufrí importantes calambres en las piernas y mi obsesión durante la última semana fue alimentarme e hidratarme bien y en cantidades generosas. Es lo que más miedo tenía, no quería tener rampas.

El sábado no levantamos a las 4 de la mañana, bueno maticemos, me levante a las 4 y 20 y porqué el manager me despertó. Solo pude dormir 2 horas y ni me enteré del despertador.

Desayunamos en el hotel, atención al menú del manager a las 5 de la madrugada!….café con leche con chorizo y beicon.

Nos fuimos rapidito para Sabiñanigo para encontrar sitio y llegar con tiempo suficiente. Acertamos la hora de llegada y la zona para aparcar. Me preparé la bicicleta, nos fuimos hacia la salida andando y pudimos contemplar todo el ambiente. Se veian ciclistas Vascos, ciclistas preparándose en los coches, en las autocaravanas, más ciclistas vascos, ciclistas con sus familias, con el perro (también vascos), con los amigos (todos vascos), ciclistas solos, ciclistas en grupo, ciclistas de todos los sitios….pero sobretodo vascos. Tengo especial admiración por ellos y quiero agradecerles su apoyo subiendo los puertos….Aupa Montjuïc!….Animo Montjuïc!….Me dieron coca-cola, agua….y apunto estuve de pedir un pincho de tortilla, pero me parecía demasiado.

Los momentos previos a la salida fueron lentos y estaba nervioso, pero tener al lado a mi hermano filmando y viendo su cara de contento me ayudó mucho.

Suena el petardo como si de San Fermín se tratara, y todo el mundo encaja la cala en el pedal. Al cabo de unos minutos empieza a moverse la marabunta de unos 10.000 ciclistas y ya no hay marcha atrás, aquí empieza lo que he estado esperando tanto tiempo.

Me despido de mi hermano, previamente habíamos planeado que el volvería en sentido opuesto a la marcha y me esperaría en el avituallamiento de Formigal.

Nos dirijimos a Jaca por dentro de Sabiñanigo con el cariño de sus paisanos. Cuando ya salimos del pueblo, activo todo el arsenal de consejos almacenados. Primer consejo activado, – no posis plat i ves al teu ritme – y primera lucha contra la mente. Empieza a pasarme todo el mundo y la tentación del plato es muy grande, pero resisto.

Me pongo a la derecha y voy tirando fijándome en un inglés que llevo delante durante unos  kilómetros, pienso que si voy con él será un referencia porqué siempre lo veo cerca de mi. Lo perdí en la subida al Marie Blanque después de 100 km mirándonos de reojo. Una de las gracias es que vas viendo aparecer y desaparecer continuamente a la misma gente durante la primera mitad, en la segunda mitad ya no coincides con nadie visto anteriormente.

Somport, es el primer puerto y empiezo a un ritmo tranquilo. Es un puerto largo de 28 kilómetros con porcentajes medios algo bajos, en la parte final coge algo más de pendiente pero se pasa bastante bien. Durante la ascensión saludo a 3 ciclistas que conozco del Montjuïc y que van bastante fuertes (les digo adiós, pero ni siquiera intento ponerme a su lado).

Me encuentro muy bien al finalizar el puerto y paro en el avituallamiento. Cojo fruta, medio sandwich y relleno los bidones en medio de un enjambre de ciclistas desesperados. La bajada es agradable y en medio de la niebla, pero el frío se puede aguantar perfectamente, voy con el chaleco y los manguitos.

Pasamos la frontera con Francia y nos dirijimos al Marie Blanque, el gran temido puerto del día. Estaba bastante mentalizado y activé otro consejo – puja molt a poc a poc, lo just per no caure – y así subí todo el puerto en su parte más dura, llegando incluso a tener fuerzas para salir pletórico en el video (impresionante imagen de estilo y fuerza encima de una bicicleta, ja,ja,ja). Durante el camino ves el sufrimiento de los cilcistas dándolo todo, bastante gente se baja de la bicicleta, y es que los últimos 4 kilómetros del Marie Blanque se mantienen en un porcentaje medio y constante del 11%.

Una vez pasado el Marie Blanque y después de parar en el avituallamiento, nos situamos  a mitad de carrera con 108 km recorridos, ya hemos pasado una importante barrera psicológica y ahora viene cuando vuelvo a activar el tercer consejo – no t´envalis, guarda tot el que puguis – La bajada y el llano hasta el inicio del siguiente puerto incitan a rodar y ya notas que la gente no va tan fresca. Con un grupo de 3 ciclistas  llegamos al inicio del siguiente puerto, el Portalet.

Recuerdo el cartel de 34 kilometros a la cima, cada kilometro marcado con carteles indicando cada porcentaje medio. Es un puerto muy largo, que fatiga de forma constante y en sus 8 últimos kilómetros es cuando hace más daño, por suerte se inventaron en este punto un avituallamiento para reponer fuerzas y alimentarse antes de coronar.

Si antes hemos tenido que guardar mucho, este puerto te lo tienes que  tomar con una fuerza psicológica importante. El apoyo incondicional de la gente en este tramo es vital para no desfallecer al final del puerto….aupa real!…grité a unos aficionados de la real sociedad.

Aquí mi autoestima ya estaba por las nubes, había conseguido hacer lo más duro y me encontraba muy bien. El dolor de espalda, el dolor de rodilla y la fatiga estaban presentes, pero quedaban en un segundo plano y es que la ilusión era tremenda. Además faltaba poco para ver a mi hermano, lo llamé coronado el Portalet y unos minutos más tardes nos vimos en el avituallamiento de Formigal.

Nos abrazamos y le descargué el impermeable y los manguitos (un lujo tener vehículo de asistencia). A partir de aquí quedaban 60 kilómetros para terminar, durante buena parte de la bajada estuve arropado por mi hermano que iba en el coche y además me grababa con la videocámara.

Hasta que lo perdí, ahora pienso que podría haber estado un poco más con él, pero iba con unas ganas enormes y la bajada hasta el desvío del último puerto era todo un placer para rodar y coger velocidad.

Desvío hacia Hoz de Jaca y aquí es el inicio del final de las subidas. Solo faltaban 2 kilometros con porcentajes altos del 8 y 9 %, este tramo de subida y la posterior bajada fueron los más peligrosos, por el estado de la carretera y por sus curvas muy cerradas. Hubo algún que otro accidente en esa bajada.

Cruzado el puente de la presa, y deleitándome de un paisaje bucólico rodeado de montañas y agua por todas partes, vuelvo a coger la carretera hacia Sabiñanigo, solo me faltaba un empujón más. Y como no, el último de los consejos – enganxa´t a un grup que et porti fins al final – . Me quedaban 24 kilómetros de los cuales hice 10 completamente solo y rodando con el viento de cara, y lo peor, sin ciclistas a la vista.

Noté que se acercaba alguien, era un grupo de 3 ciclistas que rodaban a buen ritmo, hice todo lo que pude para engancharme a ellos y ya no los dejé hasta que cogimos un grupo más numeroso.

Y así conseguí llegar a los últimos 500 metros, y así conseguí visualizar al yayo vicenç y a sí conseguí llegar a emocionarme.

Fui a buscar directamente la comida sin ni siquiera sentarme, tenía hambre y sed. Cuando recogí la comida llamé a mi hermano y a mi casa con la voz entrecortada. Mi hermano se quedó retenido en la carretera hacia Sabiñanigo y no llegó a tiempo de verme llegar.

Comí he hice tiempo para recoger la medalla y el diploma conseguidos, pero yo ya tenía todo el premio que quería, había conseguido hacer la Quebrantahuesos.

Sin ducharme, nos fuimos enseguida de vuelta a Barcelona porqué teníamos que llegar pronto para celebrar la verbena de San Juan. No se si mi hermano tiró petardos, pero yo ya no tenía ni mecha para encenderlos.

….…página 201…..continuará?

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