ESPECIAL TURÓ DE L’HOME: 8-8-2019

RECORREGUT: Sant Celoni, Mosqueroles, La Costa del Montseny, Fontmartina, Turó de l’Home (RG), Santa Fé, Campins (RG-almuerzo rápido), Sant Celoni (RG), Collsacreu (RG), Arenys, Mataró (RG), Montgat (RG), Badalona i Barcelona.
SORTIDA: a les 7:30h. de la Estació de Sant Celoni. 120 Qm. / 2.000 m.

Crónica de Sebas:

A las 7:35 de la mañana nos encontramos en la estación de tren de Sant Celoni 11 ciclistas del Grup A y unos cuantos del B22. Del Grup A hemos llegado 10 ciclistas en tren y Josep Maria ha venido en coche desde Girona.

Después de algunos cafés rápidos, salimos hacia el Turó de l’Home. Son 25,2 kilómetros de subida desde que se acaban las casas de Sant Celoni.

El Gup A toma unos metros de ventaja al B22 y rueda en grupo hasta la rotonda en la que se decide si se gira a la izquierda en dirección a Mosqueroles (para ir al Turó de l’Home) o si se gira a la derecha en dirección a Campins (para ir a Santa Fe del Montseny). Giramos a la izquierda y rápidamente cada cual va cogiendo su ritmo. Desde la rotonda hasta La Costa del Montseny la carretera sube como un puerto de Collserola, con algún descanso notable. Desde La Costa hasta Fontmartina se va endureciendo y desde Fontmartina hasta el desvío del Turó hay unas cuantas rampas y curvas de herradura muy duras que van dejando mella en todos nosotros, pero que se compensan con el paisaje de hayas frondosas que hacen que “se haga de noche” en algunos tramos: todo un espectáculo precioso. Pero lo duro (por la pendiente y por el estado del firme) empieza en el kilómetro 19,1 cuando nos desviamos a la izquierda para subir los últimos 6,1 km hasta el Turó de l’Home, con una media del 9%.

La subida al Turó recuerda a otra en Francia que también está en un Parque protegido: El Puy de Dome. Allí, un 20 de julio de 1973, Ocaña gana en campeón una de sus 6 etapas del que sería su único Tour para celebrar el cumpleaños de Josep Maria, que es precisamente el 20 de julio.

El tramo de carretera infernal del Turó se pavimentó por última vez “como Dios manda” en 1999, pero desde entonces se ha descuidado (está claro que no hay mucho interés en tenerla en condiciones para coches ni para bicis). Durante estos 20 años sólo se ha hecho una repavimentación, hace ahora unos dos o tres años, por parte de una constructora (en la que hay varios amantes del ciclismo) que solicitó permiso para poder asfaltar gratuitamente unos tramos y así lo hizo, pero está claro que no fue suficiente.

Al final los 11 coronamos el Turó y disfrutamos de unas vistas preciosas y de un fresquito bastante soportable gracias al sol que luce sin una sola nube. Hacemos unas cuantas fotos y vídeos en la cima para inmortalizar la gesta e iniciamos el descenso dejándonos las manos y las muñecas para frenar la bici durante los 6,1 kilómetros, en los que incluso llegamos a parar en algunos puntos en que la carretera está descarnada de lado a lado con auténticos boquetes (“huecos” en idioma colombiano).

¡Qué descanso cuando acaban esos 6,1 km y giramos a la izquierda para subir Santa Helena y luego dejarnos caer hasta Campins!. Al tomar la carretera de Santa Fe, más tramos de hayas frondosas que vamos disfrutando mientras descendemos hasta Campins donde recuperaremos fuerzas en la Terraza de Campins. Allí nos dan un almuerzo muy bueno (incluso con pan sin gluten), aunque el servicio ha sido algo lento y vemos que vamos a llegar con algo de retraso a casa.

Fernando no se queda al almuerzo y ya no nos acompañó el resto de la salida. Antes de eso tampoco le vimos mucho porque, cuando decidió que se iba en solitario en el Turó de l’Home, no dio tregua a nadie. Se fue con la potencia de LeBron James y con el cálculo milimétrico de Tiger Woods, que por algo nacieron también un 30 de diciembre.

Después del almuerzo nos despedimos en Sant Celoni de Josep Maria, que se dirige hacia su coche para volver a Girona. Empezamos la subida a Collsacreu, que no es ni muy dura ni muy larga, pero en la que Jordi Castro impone un ritmo infernal que nos hace sacar la lengua a todos. Ritmo infernal como el que debía imprimir Louison Bobet, que también nació un 12 de marzo como Jordi y que fue el primer ganador de 3 Tour consecutivos en 1953, 1954 y 1955.

En la cima de Collsacreu Paco nos dice que es “ideal” que vayamos por El Pollastre para evitar la carretera de la costa entre Arenys de Mar y Mataró. Nos creemos su promesa de que son sólo 1,5 km de subida y que luego los repechos se suben con la inercia (nos lo creímos, ¡qué ilusos!). A mí se me hace duro porque ya voy “con la reserva”, pero veo que otros están frescos como rosas:

Paco, por supuesto, que ha sido el instigador y que se lo conoce bien va “flotando” por esas rampas, igual que lo hacía José Manuel Fuente, que un 12 de mayo de 1974 ganó su segunda Vuelta a España para celebrar el cumpleaños de Paco.

A otro que veo sobrado es a Sergi, que va como una moto emulando a León Scieur, ganador del Tour de 1921 y que también nació un 19 de marzo como él. Debe ser por la admiración a este antiguo campeón que Sergi se resiste a modernizar sus “calas”.

Pero lo más desconcertante es que Àngel en la cima de Collsacreu nos dice que tiene calambres en una pierna y, sin embargo, en El Pollastre ¡¡va sin cadena!!. Todo un humorista este Àngel como Alfonso  Arús, que también nació un 22 de mayo como él. Y un portento como Nóvak Diókovich, Quique y Edu, que también cumplen años el 22 de mayo.

Y por fin llegamos a la NII y todos como locos a mirar las banderas para ver si el viento sopla a favor o en contra: ¡¡A favor!! Pero a favor para todos…, también para las locomotoras, que nos ponen a todos en fila y nos llevan a 45 km/h.

Jordi Castro es uno de los que más tiran, pero cuando da un relevo Joan Martí también veo las estrellas. No me sorprende porque Joan Martí nació un 29 de septiembre como Felice Gimondi, que ganó el Tour de 1965 y también los ponía a todos en fila.

Sergio también parece encontrarse en su salsa y pedalea con poderío, no en vano nació un 15 de abril como Perico Delgado, ídolo de Sergio por encima de los ciclistas colombianos, jeje.

Yo sólo tengo claro que en cada semáforo rojo se me aparece la Virgen de Fátima (que se apareció por primera un 13 de mayo, el mismo día que nacería yo unos cuantos años más tarde) y le pido a la virgen que los semáforos rojos se alarguen varios minutos para recuperar el aliento.

Otro que va muy sobrado es Tommaso (algú ho havia de dir) que nació un 26 de septiembre como Joan Tardà y como su admirado Enzo Bearzot, jugador y entrenador italiano del siglo pasado.

Y, por último, mención especial para Diego, que a este paso va a ganar La Marmotte y al que Froome le hizo todo un homenaje el 6 de julio de 2013 cuando, para celebrar el cumpleaños de Diego, ganó la etapa del Tour en Ax 3 Domaines y se vistió por primera vez de amarillo para acabar ganando su primer Tour.

Y así llegamos a las 3 torres de Sant Adrià del Besòs y poco a poco empiezan las despedidas de un día fantástico de ciclismo, con sol radiante y con la ilusión de haber subido un “fuera de categoría”.

Faltan Josep María y Sergi que llegaron un poquito más tarde y por despiste no les esperamos (disculpas)

Falta Fernando que no se quedó a almorzar