SANT MIQUEL DEL FAI: 1-9-2018

ANADA: per Montcada (RG), Mollet, Parets del Vallès, Lliçà de Vall, Lliçà d’Amunt, Sta Eulàlia de Ronçana, Bigues i Riells (RG), St Feliu de Codines (RG) i St Miquel del Fai.

TORNADA: per Sant Feliu de Codines (RG), Caldes de Montbui, Palau-Solità (RG), Camí de Gallecs (RG), Montcada (RG)i Barcelona.

SORTIDA: a les 7:30h. de PLAÇA ESPANYA, 120 Qm. / 1.000 mts.

Crónica de Imma

Un sábado más levantarse, el que más o el que menos, a las 6 a.m. para equiparse y llegar a tiempo al lugar de salida en la plaza España o en bac de roda. Salir de casa y ver como el sol rojo empieza a levantar y nos indica que quiere acompañarnos en la ruta, pero en realidad es un pequeño esbozo ya que no veremos el sol hasta llegar a Barcelona y sin notar mucho su presencia con el calor.

Una vez reunidos todos empezamos a rodar dirección al río Besós. Hoy solo hemos sido 10 personas, si no me descuento, y cogemos dirección carretera la roca, donde un par se adelantan acelerando y el resto mantenemos un ritmo alegre y sin apretar. Los dos adelantados se pasan la primera posible salida y ya les alcanzamos en la segunda rotonda donde nos rejuntamos y enfilamos dirección Mollet del Vallés. Llevamos buen ritmo, asequible y sin gastar mucha energía, es como si fuésemos resguardando fuerzas para el nombrado “pequeño Tourmalet” que viene después de Sant Feliu de Codines. A partir de Santa Eulàlia se empieza a notar una ligera subida que no vamos a abandonar hasta llegar a Bigues y Riels, donde empieza un poco más de pendiente y ya nos disgregamos un poco. Están los rápidos, a los que les dejamos ventaja y los que nos quedamos retrasados y que al final reagrupamos en Sant Feliu de Codines, dónde al llegar Andreu le dan unos fuertes calambres en el cuádriceps que nos hacen preocuparnos un poco, y que le deja bastante tocado para continuar.

El haber empezado las primeras gotas de lluvia, aunque ligera, y todo nublado, y con el añadido del sufrimiento de Andreu, nos hace plantearnos volver a Barcelona, y parar a almorzar en Caldes de Montbui.

Emprendemos de nuevo la marcha y con el chubasquero puesto, ya que empieza a llover y además es de bajada hacia Caldes, donde unos cuantos nos pasamos la entrada del pueblo y llegamos a un cruce donde paramos a esperar y de nuevo le da un calambre a Andreu y aquí decide llamar a alguien para que venga a recogerle por imposibilidad de continuar.

Mientras, los pocos que habían hecho el recorrido correcto han entrado al pueblo y llegado al bar, aunque estaba cerrado, y no nos han visto con lo que han continuado hasta encontrarnos, aunque Edu ya había ido a ver si localizaba a todo el mundo. Y mientras, los intrépidos queríamos llegar al bar por algún otro lugar y menos mal que han venido a buscarnos, si no igual aún estamos dando vueltas a las calles del pueblo.

Dejando a Andreu a buen resguardo, en una rotonda con algo de “vida cercana” (llamémosle un supermercado) para que vengan a recogerle, emprendemos de nuevo camino hacia Barcelona y de camino algunos preguntamos si paramos a almorzar o vamos de tirada. Al menos una parada técnica sí la queríamos, así que el buen conocimiento de lugares dónde almorzar hace que lleguemos a “El loro Charly” justo a tiempo para tomarnos un bocata en el caso de Tomasso y medio para el resto junto a una bebida, ya que iban a cerrar el bar y lo pillamos justo a tiempo.

Después que nos hagan la foto, subimos de nuevo a las bicis para empezar a rodar de camino a la carretera de la roca. Si antes entramos antes empezamos a rodar a un ritmo intrépido, genial el ritmo y con buena gana; y al llegar a la rotonda de Montcada i Reixac nos separamos, unos van hacía Barcelona y otros hacía la Rabassada y Forat del vent. De camino vemos que el cielo se vuelve un poco más negro y apretamos el ritmo porque aún nos queda un ascenso para llegar a casa.

Ya subiendo el forat del vent, hay un momento que un hombre con facciones extranjeras empieza a correr detrás de nosotras, y aunque nosotras llevamos un ritmo bueno, teniendo en cuenta que era de subida y después de la ruta, nos sigue al menos durante un kilómetro. Al principio parecía un deportista cualquiera, pero cuando finalmente nos alcanza y nos coge del sillín, le decimos que nos deje en paz que podemos solas y es cuando se vuelve. Con lo que nos hace pensar en qué era lo que quería, y acabamos la ruta con un sabor desconocido, y por mi parte, que bueno es hacer equipo y volver juntas.

Estos gestos no son agradables, y tengo que decir que siempre me he sentido muy bien acompañada en este grupo, y además nunca he estado sola fuera en llano o en montaña y os agradezco que seáis tan agradables y os portéis como caballeros, ya que tenéis damas en el grupo. Gracias!!!

Andreu y Àngel no salen en la foto porque ya habían marchado